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TOBACCO DOGS

Precio $ 15

Los perros de la calle no creemos en ángeles de la guarda

nos persigue el pecado de ser sobrevivientes

con kilos de tos en la garganta

somos fieles hasta en la muerte.

 

Mordemos zapatos desconocidos

desde el diente amarillo nos sale hambre.

Algunas veces damos pena

se compadecen

en el mercado nos dan un pellejo

y con un poco de suerte

una mirada

pero nada más

pues les asusta nuestra inocencia.

 

Sabemos bien quiénes son nuestros castigadores

pero no  los mordemos

porque dejaríamos de ser perros buenos

nos convertiríamos en perros con rabia

perfectos terroristas vagamundos

para una eliminación con excusas.

 

Acudimos al parque

para hallar indicios de nuestra espera en la esquina

una huella de los colegas que solían descansar bajo los árboles

una huella del amigo que cuando aullaba

su pensamiento nos daba la vuelta en los huesos

siempre creímos que nos “aullaba su último minuto”

pues él como nosotros

no conoció abuelos

ni otros parientes

sólo el dolor que balbucea en las botellas de vino.

 

Aunque somos muchos los perros de la calle

cada cual transita con su horizonte

cada cual tiene su hueso atravesado en la garganta

cada cual muerde el silencio.

 

Escribimos sobre lo que nos pasa

pues de esa madera estamos hechos.

 

Buscamos lo que no existe

como humanos buscando señales de Dios

como perros ingenuos

creyendo que en la próxima calle

está el sol.

Hoy
este perro después de terminar su jornada
no irá a dormir en su cartón
otra vez correrá hacia lo que todos dicen ya tener.

En la calle los carros lo golpearán
mientras los humanos irán por la vereda
de dos en dos.

Bailará con la soledad
y beberá con aquella que nadie quiere:
la muerte.

La neblina caerá
y nuevamente Sísifo intentará renunciar a su piedra.

En la madrugada
cansado
sentirá el abismo
y como un mendigo ciego
arrastrará su cuerpo hacia el sueño.

Como siempre
dará tres vueltas dentro de su pequeño espacio
y llorará como si fuera el único animal abandonado.

Nunca más dirá
pero mientras tenga vida
sabe que cometerá otros desatinos.

Maldito perro
necio
después de esta jornada
entre el frío y el tránsito
hambriento
volverás a buscar
lo que la cabeza
llama amor.

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