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LA HORA DEL DIABLO

 

LA HORA DEL DIABLO (2018 ), de Ana Minga, nos conduce a un espacio donde habita el fantasma del miedo, el de la enfermedad y el de la muerte. Desde aquí, la voz poética se atreve a vislumbrar la vida como envuelta en una densa niebla. Es esta una experiencia poética  acerba que se traduce en un silencio o en una imposibilidad de decir: “Soy alguien que se muerde los labios/para no aullar frente al resto”.

En este contexto de angustia y desesperanza, el yo poético problematiza su deambular por espacios sinuosos  como el de la infancia, el de la adolescencia en los que no encuentra ningún asidero:  “ Esta es la hora humana/de mi resaca/de la respiración frente al abismo”. Así se construye un sujeto poético que se encuentra o más bien que vive en el límite, es decir, en el umbral.

Pues  “la hora del diablo” es ese tiempo de desbordamiento y silencio en el que se halla inmerso el sujeto poemático: “No te cobro por el  veneno de la esquina/ni por el vidrio en mi garganta” que se concreta en un no querer decir, en un negarse a hablar, en una fuga hacia la enfermedad: “Cuando el amor nos vira la cara/los analgésicos no sirven/las calles están muertas”.

                                                                                                       

 

Vicente Robalino

Catedrático y escritor.

a la hora del diablo/ana devora cuervos/

fuma tobacco dogs/ y escribe poesía/ mirando al mundo/

desde una máscara de hierro/ huid criaturas tiernas de la compasión.

                                                                    

 

 

 

Peky andino-Moscoso, dramaturgo.

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